Hace poco describimos en una entrada que la cantidad de agua dulce disponible es muy poca; menos de 1% del agua total. Inmediatamente surge la pregunta ¿Qué podemos hacer con ese 95,6% de agua salada? Debe haber una manera de aprovecharla, la respuesta es sí, mediante unas plantas desalinizadoras el agua salada puede ser aprovechada, el problema es el alto consumo de energía que tienen.

El proceso consiste básicamente en remover la sal del agua de mar o salobre, para obtener agua dulce. Actualmente hay varias maneras; por destilación, ósmosis inversa, congelación, evaporación relámpago y a través de la formación de hidratos.

Recientemente en Canadá desarrollaron una tecnología que permite retirar la sal del agua de mar con ayuda de la energía solar. Utiliza un cuarto de la energía que usan los métodos convencionales, esto se traduce en un costo menor y menos emisiones de CO₂

El proceso consiste en crear una reserva de agua salada concentrada mediante evaporación con energía solar, luego esta se hace circular a través de una membrana iónica, resultando dos corrientes, una con alta concentración de iones positivos y otra con alta concentración de iones negativos. Estas corrientes se hacen circular con el agua que se quiere potabilizar, y a través de otra membrana iónica, se retiran los iones del agua, resultando agua dulce con salinidad menor a 0,05%.

Este diseño actualmente funciona a escala piloto, naturalmente existen las intenciones de construir una planta a escala comercial con esta tecnología.

Es una alternativa bastante atractiva para los países que no cuentan con fuentes de agua dulce.

Vía - Technology Review

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